Todos los inicios de año aprovecho para marcarme una serie de metas y este año una de ellas era intentar entrenar mi mente para levantarme más temprano.
Y muchos pensareis… ¿Y para qué quiero yo madrugar más? Cierto! Todo depende del tiempo que podáis dedicaros al día y de vuestras circunstancias laborales y personales. En mi caso, nunca he sido una persona demasiado dormilona pero en la actualidad mis días son tan ajetreados que echaba en falta un ratito de tranquilidad, sin distracciones, en el que poder dedicarme sólo a mí misma.
Levantarte con la hora justa para un rápido café y empezar el día con las prisas de primera hora de la mañana, era empezar el día estresada y no era nada divertido.
Decidí que este año iba a adelantar media hora mi despertador. Dos meses después estoy consiguiendo resetear mi reloj interno y puedo decir que esta nueva rutina ha cambiado mi estilo de vida dándole un vuelco positivo.
Porque no creo tanto en el “a quien madruga Dios le ayuda” sino en el que a quien madruga se puede permitir un poquito de yoga, un delicioso desayuno, un momento de soledad en el que ser capaz de relajarse, conectar consigo mismo y conseguir llegar al trabajo en hora.
¿Cómo lo he conseguido?
Reseteo de nuestro reloj interno
Para despertar temprano es necesario dormir lo suficiente. Obvio, ¿verdad? Nuestros cuerpos están programados y necesitamos un cierto número de horas de sueño por la noche y, aunque probablemente difiere entre cada persona, para un rendimiento óptimo se recomienda una media entre 7/8 horas. Nuestro reloj interno y los ritmos del cuerpo deciden cuando estás cansado, lo que significa que si eres un búho de noche y estás programado para ir a dormir tarde, probablemente te despiertes también tarde.
Hace unos años generalmente me iba a la cama sobre la 1:30 de la madrugada, lo que hacía difícil que me levantara antes de las 7:30. Con el fin de levantarme más temprano, también necesitaba irme a dormir antes. Si la finalidad es cambiar nuestro reloj interno, tendremos que acostumbrarnos a ir a dormir más temprano para así lograr despertarnos antes también.
Sabiendo esto, me obligué a meterse en la cama a las 23:30 y al cabo de un mes, encontré que era mucho más fácil levantarse de la cama cuando la alarma sonaba a las 6:30, obviamente!
Obtener un mejor despertador
Una alarma que nos despierta con el PI PI PI PI es de lo más molesto y muy probablemente lo apaguemos enseguida y volvamos a caer dormidos. Así, en un esfuerzo por superar el problema de la alarma, compré una radio reloj despertador, que puedes sintonizar con tu emisora favorita o conectarlo a spotify playlist si tiene wifi.
Escuchar las noticias o música es una manera más fácil y dulce de volver a la realidad y realmente ayuda a despertar poco a poco y permanecer despierto.
Organizar algo bueno que hacer.
Quedar con algún amigo o familiar a primera hora de la mañana un par de días a la semana también nos ayudará a entrenar nuestro reloj interno: correr, desayunar, una clase de inglés o de yoga a primera hora…
Si es más fácil saltar de la cama cuando nos espera algo interesante, aún más cuando hemos quedado con alguien, sabemos que nos está esperando y que no podemos llegar tarde. No hay absolutamente ninguna otra opción para no levantarse y esto nos ayudará a fijar y despertar patrones.
Planificar con antelación el desayuno
Definitivamente soy una de esas raras personas que piensa en el desayuno antes de irme a la cama. Siempre estoy emocionada con lo que me voy a preparar para el día siguiente. Me he dado cuenta que si planeamos un desayuno delicioso con antelación, tendremos una ilusión digna de despertar y saltar de la cama!
Y como con todo en la vida, la perseverancia es necesaria. En mi caso, he tardado dos meses en reprogramar la mente y lograr despertarme a las 6:30 sin ayuda de despertador. Lo importante es mantener la misma rutina cada día y verás que se vuelve más fácil con el paso de los días.
Y vosotros cómo lográis ese ratito de tranquilidad, sin distracciones, en el que dedicaros sólo a vosotros mismos?
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